Ciudad del Vaticano, conocida oficialmente como el Estado de la Ciudad del Vaticano, es una ciudad-estado independiente en Roma, Italia. Es la sede espiritual y administrativa de la Iglesia Católica Romana y la residencia del Papa. Con una superficie de aproximadamente 44 hectáreas (110 acres), la Ciudad del Vaticano es el estado independiente reconocido internacionalmente más pequeño del mundo. La historia de la Ciudad del Vaticano se remonta a la era cristiana temprana. En el siglo IV, el emperador romano Constantino legalizó el cristianismo e inició la construcción de la primera Basílica de San Pedro sobre la tumba de San Pedro, uno de los apóstoles de Jesucristo. A lo largo de los siglos, el Vaticano se fue asociando cada vez más con el papado y el centro del poder de la Iglesia Católica.
En 1929, mediante el Tratado de Letrán firmado entre la Santa Sede (la jurisdicción eclesiástica de la Iglesia Católica) e Italia, se estableció la Ciudad del Vaticano como un estado independiente. El tratado reconoció la soberanía y la integridad territorial del Vaticano y otorgó al Papa plena autoridad sobre la ciudad-estado. La Ciudad del Vaticano no es solo un centro religioso, sino también un núcleo cultural y artístico. Más allá del Museo del Vaticano, la ciudad-estado alberga numerosos edificios y monumentos significativos. La Basílica de San Pedro, con su magnífica arquitectura renacentista y la icónica cúpula de Miguel Ángel, se erige como una de las iglesias más veneradas y visitadas del mundo. Los Jardines del Vaticano, que cubren aproximadamente la mitad del área total de la Ciudad del Vaticano, ofrecen un entorno sereno y exuberante para la reflexión y la contemplación.
Como ciudad-estado independiente, la Ciudad del Vaticano tiene su propio sistema de gobierno. El Papa es el monarca absoluto del estado, ejerciendo poderes legislativos, ejecutivos y judiciales. Sin embargo, delega la administración diaria a diversos organismos, como la Secretaría de Estado y la Gobernación de la Ciudad del Vaticano.
El estatus de Sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO de la Ciudad del Vaticano refleja su inmenso significado cultural e histórico. Se erige como símbolo de la influencia duradera de la Iglesia Católica. Atrae a millones de visitantes cada año, en busca de enriquecimiento espiritual, maravillas artísticas y una visión del corazón de la fe católica.